miércoles, 27 de marzo de 2013

¿Una nueva revolución tecnológica?


En los últimos tiempos se viene hablando cada vez mas de una nueva forma tecnológica que está creando enormes expectativas para el futuro; impresoras que permiten imprimir en 3D. La posibilidad de crear tus propias modelos, maquetas, piezas, diseños..etc,  a partir de gráficos realizados según tus propios gustos,y todo ello en tu propia casa con un simple ordenador, abre miles de posibilidades para los usuarios de estas prometedoras máquinas que, con toda seguridad ,serán en los próximos años unos de los grandes inventos tecnológicos que marcaran una época como lo están haciendo ahora las tabletas o los ebooks con record de ventas en todo el mundo.

La impresión consiste en un proceso  que convierte gráficos 3D en objetos físicos, siendo estos cualquier gráfico en 3D creado en un ordenador. Al ser el proceso de creación del objeto tan similar al que se realiza cuando imprimimos en 2D sobre papel, se utiliza la expresión de “imprimir en 3D”. En el mercado podemos encontrar diferentes tipos de impresoras en 3D, cada una con procesos diferentes a la hora de crear el objeto. Destacamos los siguientes procesos de impresión:

IMPRESIÓN POR COMPACTACIÓN. La masa de polvo se compacta por estratos. En esta categoría encontramos  dos tipos de impresoras: Impresoras en 3D de laser; en las que un láser transmite energía  haciendo que se polimerice, después se sumerge en un líquido que hace que las zonas polimerizadas se solidifiquen. Por otro lado están las impresoras 3D de tinta, sigue el mismo proceso que las impresoras de láser, el polvo utilizado puede estar formado a base de escayola  o celulosa. La parte negativa de este tipo de impresoras es la mayor fragilidad de las piezas, aunque es un método mucho más rápido y económico que el utilizado en el las impresoras de láser. Aquí una pequeña muestra de la impresora 3D en láser: 



IMPRESIÓN POR ADICIÓN. Mediante este sistema se crean los objetos superponiendo capas de abajo a arriba. El software divide el gráfico 3D en capas tan finas como el diámetro del plástico de salida. Para cada capa, la impresora va desplazándose sobre el plano para soltar el plástico sobre las coordenadas adecuadas. Formando finalmente una figura en tres dimensiones. La tinta de estas impresoras es en general, plástico, aunque se pueden utilizar otros materiales. Pese a que la calidad es inferior a las impresoras láser, es el sistema por el que ahora mismo, empresas como Epson, están apostando, porque el coste de la impresora es muy inferior a otros sistema. A continuación un breve vídeo que muestra la impresión por adición:



IMPRESIÓN POR ESTEREOLITOGRAFÍA. Esta máquina tiene cuatro partes importantes. Primero, un tanque llenado con varios litros de líquido especial (fotopolimer). El fotopolimer es un líquido plástico claro. También hay una plataforma perforada inmersa en el tanque. La plataforma  se puede mover arriba y abajo en el tanque según el proceso de impresión está en marcha. Un láser ultravioleta es otro componente necesario. Para finalizar, un ordenador que dirige el láser y la plataforma. El fotopolimer es sensible a la luz ultravioleta, por lo que cuando el láser toca este material, el fotopolimer se endurece. Otro breve vídeo que muestra el proceso de creación :



Hay que destacar que este tipo de impresoras existen desde hace más de treinta años, aunque sólo se utilizaban en la producción de prototipos, dado el enorme gasto que suponían. Sin embargo, la introducción en el mercado de compañías como MakerBot o Digital Forming ha permitido reducir los tiempos y costes de producción (se pueden conseguir este tipo de impresoras por entre 2000 y 3000 €).
Hoy en día las impresoras en 3D van acaparando más y más posibles aplicaciones. Uno de ellos es el empleo en la fabricación de piezas y componentes para la arquitectura o el diseño industrial. Piezas cuya construcción sería difícil o imposible mediante molde. También en la creación de prótesis médicas, donde su uso resulta ideal por la elaboración de formas que se adaptan a las necesidades exactas de cada paciente.

Las impresoras en 3D parecen tener un prometedor futuro como “fábricas de recambios y repuestos” altamente versátiles.  La NASA está evaluando el emplazamiento de impresoras en 3D en la Estación Espacial Internacional para que los astronautas puedan fabricarse "in situ" los repuestos y herramientas que necesiten para acortar tiempos de suministro (al no tener que esperar una misión de aprovisionamiento) y dotar de gran versatilidad a los tripulantes.

La robótica podría ser otro de los sectores en los que las impresoras en 3D podrían ser de aplicación, algo en lo que trabaja el MIT para desarrollar piezas para robots y abrir la robótica a mucha más gente, dotándolas de un framework de piezas que estarían almacenadas en una biblioteca.
Y una de las aplicaciones más sorprendentes estaría vinculada al mundo de la medicina donde, por ejemplo, la Universidad del Estado de Washington ha desarrollado un material que se puede imprimir mediante una impresora en 3D y que se podría utilizar como sustituto del material óseo en implantes o reconstrucciones de huesos que se hayan fracturado .

Poco a poco iremos viendo muchas más aplicaciones de las impresoras 3D pero parece más claro que este tipo de dispositivos están destinados a convertirse en un importante descubrimiento tecnológico de la que obtener piezas de repuesto y cambios sin tener que esperar, por ejemplo, un suministro o tener que mantener grandes almacenes logísticos. La posibilidad de crear objetos desde tu propia casa, que hace años nos parecía propio de una película de ciencia ficción, va cobrando cada vez más y más sentido, gracias al enorme desarrollo que están teniendo las impresoras en 3D. Se confirma, una vez más, que en la tecnología, nada es imposible.

jueves, 14 de marzo de 2013

Bill Gates: Empresario y persona

Al pensar en Bill Gates nos viene a la mente la empresa Microsoft. Es inevitable asociarlos juntos ya que han cambiado el trascurso de la historia a través de la informática. Gates no es tan solo un tipo interesado en los ordenadores sino que su fama va más allá. Recientemente la revista Forbes ha publicado su lista con las personas más ricas del planeta y, como era de esperar, el creador de Microsoft se mantuvo en el segundo puesto con una fortuna de 67.000 millones de dólares. Un escándalo en los tiempos que corren pero para llegar hasta lo más alto, antes hay que pasar algunas penurias. Primero de todo vamos a repasar brevemente la historia de este empresario.

Durante sus primeros años no fue más que un niño del montón que apenas destacaba en la escuela pero fue con el paso del tiempo cuando comenzó a llamar la atención. Sus padres decidieron que ingresara en un colegio de élite, el cual le impulsó a cursar estudios universitarios en Harvard. Entró en la universidad y allí sería donde empezaría su andadura como empresario. ¿Quién podría haber imaginado que ese chico con afán de conocimientos informáticos llegaría tan lejos? Durante sus estudios fundó en 1975 la empresa que le daría nombre a la nueva generación tecnológica, Microsoft Corporation, junto con su compañero Paul Allen. Ambos desarrollaron diversas tareas sin importancia durante sus inicios pero no tuvieron ninguna trascendencia hasta que se inclinaron por la creación de sistemas operativos.


Tras lograr un acuerdo con IBM, Gates se puso en marcha para crear un sistema operativo para dicha empresa y en 1981 surgió el primigenio MS-DOS. Este sería uno de los puntos de partido de la empresa pero no fue hasta una década más tarde cuando su éxito traspasó fronteras. En 1995 comenzaron una serie de cambios en sus sistemas con el nuevo Windows 95. A partir de su salida al mercado se dieron cuenta de la trascendencia mundial que podrían tener. Posteriormente surgieron otros sistemas operativos hasta desembocar en nuestros días en la última perla de la empresa, Windows 8.

A pesar de ello, no todo fue de color de rosa. A lo largo de su vida ha tenido que enfrentarse a duras demandas por parte de otros fabricantes como Apple. Para mencionar algunos de los casos más sonados, se encuentran los ratones o la interfaz con varias ventanas. En ambos casos estos fueron inventos de Apple pero pronto Gates se lanzó hacia su producción para su empresa. El ratón facilitó la accesibilidad de los PC en su momento y la posibilidad de abrir varias ventanas a la vez supuso un cambio sustancial en los ordenadores. Steve Jobs se percató de lo que Gates trató de hacer en sendas ocasiones y el caso terminó en los tribunales por robo de derechos de autor. Esto prueba el arduo camino que tuvo que recorrer hasta llegar a nuestros días. En el siglo XX debió luchar ante la competencia y, aunque no se sabe si con métodos lícitos o ilícitos, logró salir a flote ante las adeversidades.

En cuestión de dos décadas ha logrado lo que algunos ni siquiera han podido alcanzar en una vida. El éxito no está al alcance de cualquiera y en la vida de Bill Gates está la prueba de ello. Microsoft nunca fue pensado para llegar a estos niveles de popularidad en donde compite con Apple por el mercado mundial. La mayor parte de los ordenadores cuentan con un sistema de alguna de estas dos empresas aunque al parecer Gates por el momento ha tomado la delantera. Todos hemos probado un sistema operativo de Microsoft y dada la necesidad que tenemos de vivir siempre conectados no podemos omitir la afirmación de que este tipo ha revolucionado al ser humano, entre otras personalidades. Esta se considera la era de la tecnología y, más concretamente, de los ordenadores. Aun así, todavía existen unos pocos nostálgicos que se resisten al mundo de la informática.


Volviendo al personaje de esta entrada, hay que decir que no todos los rumores son ciertos. En muchas ocasiones se ha acusado a Gates de ser un tipo egoísta, avaricioso y al que tan solo le importa el dinero pero ha demostrado en reiteradas ocasiones que su compromiso con la sociedad es máximo. En 1994 fundó junto a su mujer la Fundación Bill y Melinda Gates, una fundación privada de caridad que ha crecido enormemente de forma pareja con el patrimonio de su fundador. Gates y su mujer son considerados unos de los mayores filántropos de nuestro planeta. Actualmente la fundación cuenta con alrededor de 35.000 millones de dólares donados exclusivamente del dinero del propio Gates. No tiene reparo en destinar gran parte de su fortuna a este tipo de obras y así lo ha hecho público siempre que puede.

Para más inri, Gates dejó la presidencia de Microsoft en 2008 aunque a día de hoy continúa siendo Presidente de Honor de la empresa. Traspasó los poderes a Steve Ballmer, uno de sus más fieles socios, para dedicarse casi íntegramente a su fundación. Desde hace cinco años trabaja altruistamente para los más necesitados en los países subdesarrollados. Su fundación se centra básicamente en proporcionar el acceso y ayudas a la sanidad y educación en los peores lugares del planeta, algo que a día de hoy pocas personas pueden permitirse. Ha realizado grandes donaciones en favor de la cura del sida, la malaria, la tuberculosis, la educación pública y muchos más proyectos que han pasado desapercibidos.

La gran parte de la población vive una farsa en torno a su figura. Bill Gates es más que un empresario, es una persona. A menudo asociamos connotaciones negativas a esa palabra pero que no deben ni pueden ser relacionadas con el fundador de Microsoft. La dimensión y la riqueza de una persona no se mide por los ceros que tiene una cuenta bancaria sino también por lo que es capaz de dar a los demás. Gates nos ha proporcionado una nueva era informática, nos ha facilitado la vida, y, lo que es más importante, ha favorecido al desarrollo no solo tecnológico sino social. Es una muestra de una persona con suerte, sí, pero también dedicada a su trabajo. Dicen que la gloria es efímera pero puede que Bill Gates nunca conozca el significado de esa frase.

lunes, 11 de marzo de 2013

Corsarios


“Steve Jobs y Bill Gates son los verdaderos revolucionarios de nuestro tiempo. No los estudiantes que ocuparon la oficina del decano a finales de los sesenta. No los pacifistas que parecían determinados a derrocar el sistema. Jobs y Gates son quienes cambiaron el modo de pensar, actuar y comunicar del mundo”.
Martyn Burke, director de Los Piratas de Sillicon Valley


Los Piratas de Silicon Valley es una instructivo documental con apariencia de película que se estrenó en la televisión en 1999. Estuvo dirigido por Martyn Burke e inspirado en la novela Fire in the Valley: the Making of a Personal Computer de Paul Freigeber y Michael Swaine, quienes también participaron en el film como guionistas. 

Las voces en off de Woz y Ballmer nos conducen a través de dos historias que en un determinado momento se yuxtaponen para no volver a separarse jamás. Dos historias de idas y venidas, de ambición sin límite, de golpes de suerte, de traiciones. Los abordajes de dos corsarios, una rivalidad de leyenda entre dos figuras decisivas que cambiarían el mundo para siempre.



Escena de Piratas de Silicon Valley


Años setenta. 
Dos jóvenes trastean con circuitos para construir el primer ordenador personal de la historia, el Apple I. Son Steve Jobs y Stephan Gary “Woz” Wozniak, co-fundadores de la compañía Apple y considerados padres de la era PC. 
Paralelamente, un estudiante de Harvard tan habilidoso para la programación como torpe en las relaciones sociales. No es otro que Bill Gates, co-fundador de Microsoft junto con Steve Ballmer y Paul Allen, y el hombre que acaparará durante años el título de hombre más rico del mundo.

Woz es un genio de la informática, Jobs es ambicioso, perspicaz y convincente. Gracias a esta sinergia de las habilidades de uno y otro fundan, con una inversión de medio millón de dólares, la compañía Apple Computers, a la que el éxito no hará esperar. Tras la creación del Apple II la empresa se consolida como pionera en la industria de los ordenadores personales. 

La reacción de Bill Gates al inmenso éxito de Apple Computers no se hace esperar. Pese a su ineptitud social logra un contrato que le permitirá desarrollar, junto con Allen y Ballmer, el lenguaje para una nueva marca de ordenadores personales, Altair, para lo que fundarán la empresa Microsoft. 
Pero Apple sigue estando un paso por delante: Jobs, obsesionado con hacer de la informática algo al alcance de cualquiera, queda obnubilado en una visita a los laboratorios XEROX por el primer ratón y el primer Interfaz Gráfico. “Como una horda de bárbaros que van de saqueo” según palabras del propio Woz, todo el equipo de Apple se traslada hasta allí para copiar la idea.
Entretanto el joven Gates ha contactado con IBM y le ha ofrecido el MS-DOS, un novedoso sistema operativo que a su vez ha obtenido de un programador. A pesar de su ineptitud social Gates logra convencer a IBM de que Microsoft, una empresa todavía insignificante, es idónea para el desarrollo de su nueva generación de PC’s, enfocada precisamente a competir con las computadoras de Apple. Para ello, les ofrece el MS-DOS, un novedoso sistema operativo. Este sistema, sin embargo, no es obra suya, sino que había sido obtenido previamente de Tim Paterson, un joven programador de Seattle, por cincuenta mil dólares. Al vender el MS-DOS, Paterson jamás pudo imaginar que acabaría siendo el sistema operativo más utilizado en PCs y el principal culpable del vertiginoso crecimiento de la compañía Microsoft a lo largo de la década de los ochenta. 

No obstante, cuando Bill Gates descubre la nueva obra de Apple, el Lisa, será capaz de todo con tal de hacerse con su tecnología. En un claro alarde de ausencia de escrúpulos Gates consigue ser contratado por el pretencioso y fanfarrón Jobs, y una vez dentro de la empresa, obtener los prototipos del nuevo proyecto de Apple resulta para Microsoft un juego de niños. 

Cuando Steve Jobs quiere darse cuenta, Bill Gates ya ha robado de forma legal la tecnología del Interfaz Gráfico y el ratón y se encuentra desarrollando un nuevo ordenador utilizando los modelos de Apple, creando Microsoft Windows y adelantándose al inminente lanzamiento al mercado de la nueva joya de Jobs, el Apple Macintosh.

Para cerrar la película asistimos a un breve flashback al año 1997, donde vemos un Apple que se desmorona y un Gates que, después de todo, hace lo posible para evitar la quiebra de su eterno rival. Así pues, en la Macworld Expo de aquel año, en la que Steve Jobs anunciará su alianza comercial con Microsoft.







Piratas de Silicon Valley es un biopic no autorizado, y se nota. Y es que no deja títere con cabeza. Es el resultado de ocho meses de ardua investigación en los que Burke se negó a entrevistar a los protagonistas en aras de la preservación de la parcialidad. Jobs aparece retratado como un hombre ensimismado en sus propios triunfos, tan carismático como egocéntrico, seductor de cara a la galería pero despiadado e impío con las personas más cercanas a él. Eso queda reflejado en la dureza con que trata a sus trabajadores y la actitud con su mujer, negándose incluso al principio a reconocer a su propia hija. No obstante, Gates tampoco sale mucho mejor parado. Se nos presenta como un hombre sin escrúpulos, ambicioso hasta lo enfermizo, y capaz de cualquier cosa, incluso de robar y engañar, con tal de ganar dinero y aplastar a su rival. El triunfo de Gates sobre Jobs parece tener como moraleja que, al final, absolutamente todo se reduce al márketing en detrimento de la verdadera creatividad e innovación.
A pesar de que la película se defiende decentemente teniendo en cuenta que fue concebida para la televisión y resulta entretenida, amena, apta para todos los niveles de conocimiento sobre el tema tratado y también muy interesante, se echa de menos, dado lo apasionante del argumento y que ya han pasado catorce años desde su estreno, un proyecto con mayor presupuesto, a la altura de La Red Social (2010), un gran film que narra los orígenes de Facebook.


Aquí podéis ver el tráiler de la película y aquí podréis ver o descargar la película completa.

Para terminar, a quienes hayáis disfrutado del biopic os aconsejo el documental El triunfo de los nerds, que se centra en el ascenso de los ordenadores personales.

jueves, 7 de marzo de 2013

Una imagen vale más que mil palabras; un vídeo vale más que mil imágenes


A todos nos gusta el vídeo. A todos nos gusta el cine. Cualquiera de nosotros ha invertido tardes enteras zambullido en Youtube, solo o entre risas con los amigos. Todos nos hemos enamorado de una canción o un artista después de ver un buen videoclip. Todos nos hemos emocionado con un anuncio de televisión bien hecho. Existe algo instintivo dentro de cada uno que hace que saquemos el móvil del bolsillo y nos pongamos a grabar cuando vemos algo insólito, cuando nos divertimos, cuando queremos compartir un momento con alguien que no está. La mayoría de nosotros consume más televisión que radio o prensa escrita.

Pero ahí no termina el inmenso poder comunicacional de las piezas audiovisuales. En los últimos años, con el auge de Internet y de la mano de las redes sociales y sus facilidades a la hora de ver y compartir vídeos de manera inmediata y gratuita, este fenómeno está adquiriendo un papel cada vez mayor en la vida, no solo de las personas sino también de las empresas. Ya no hace falta invertir cantidades desorbitadas en un anuncio de televisión para promocionarse. Hoy en día, cualquiera con una cámara normal o un teléfono móvil y algo de imaginación puede hacer un vídeo decente y hacérselo llegar a miles de personas en todo el mundo, y en un formato mucho más atractivo que cualquier otro. Un vídeo es un plus para cualquier artista, negocio, página web, y por supuesto, para cualquier blog.

 Por todo ello, hoy me gustaría hablar sobre la edición de vídeo, desde mi humilde posición de aficionada. Una herramienta tan útil como desconocida para muchos, y rodeada de prejuicios. “Es muy difícil” o “yo jamás podría hacer eso” son pensamientos o palabras que surgen al ver un montaje más o menos decente que en realidad puede hacer cualquiera, y además en poco tiempo si se dispone de algo de práctica. Y es que editar un vídeo con resultados aceptables es sencillo, pero también tremendamente entretenido y muy útil para, en este caso, aumentar el atractivo y las visitas de nuestro blog. Todos los blogs que aparecen en el ranking realizado por eBuzzing (lo podéis ver aquí http://labs.ebuzzing.es/top-blogs ) de marzo de 2013 cuentan con su propio canal en Youtube, en el que publican vídeos editoriales que guarden relación con su tema central.

A lo largo de los últimos años las fronteras entre lo que se considera edición de vídeo profesional y no profesional se han difuminado. Resulta complicado decir cuáles son los parámetros que los distinguen en un área para la que no requiere de ningún título específico, y en la que presupuesto o experiencia no van necesariamente ligados a la calidad, como se nos ha demostrado últimamente de la mano de proyectos maravillosos realizados con una videocámara de aficionado y por personas fuera de la profesión. Esta tendencia ha sido captada por los programas de edición, que tienden a “amateurizarse”, simplificarse y hacerse más instintivos en sus versiones más recientes. Es como una pescadilla que se muerde la cola: ahora cualquiera puede editar. No obstante este fenómeno no parece hacerle mucha gracia a quienes viven de la edición, que acusan a los responsables de los programas de dar la espalda al mercado profesional a favor del amateur, cada vez más numeroso.

Una de las mayores fuentes de crítica ha sido el programa que yo misma utilizo para editar mis vídeos, el Final Cut Pro X. El Final Cut Pro es el buque insignia de Apple en cuestión de software para la edición de vídeo. De hecho, es la elección de la gran mayoría de editores profesionales que utilizan el sistema operativo Mac. Aunque a primera vista asusta, si tienes a alguien que te enseñe o dedicas algo de tiempo a trastear y curiosear un poco, al final las cosas van saliendo y se obtienen resultados muy gratificantes.
De todas formas, por experiencia recomiendo que si jamás se ha tenido contacto con ningún programa de edición se empiece por iMovie, la versión “fácil” del Final Cut, y que viene incorporado en cualquier ordenador Mac. iMovie es un programa de videocaptura y edición enfocado a aficionados o a aquellas personas que deseen iniciarse en el fascinante mundo de la creación y edición de vídeo. Es el programa idóneo para principales, y lo digo desde la experiencia. Pero llega un momento en que, simplemente, el iMovie se queda corto para lo que quieres hacer; es entonces cuando hay que dar el salto a Final Cut, que amplía la frontera de posibilidades a límites inimaginables. No obstante, una vez se han hecho algunos proyectos con el iMovie, el cambio no resulta para nada drástico.
(A quienes seáis de Windows, lo siento, pero sólo he utilizado, y hace ya años, un programa llamado Pinnacle Studio, también bastante sencillo y manejable).


iMOVIE









Esto es una muestra de qué aspecto tiene el iMovie, con dos de mis vídeos. Se trata simplemente de cortar a tu gusto tus vídeos, pegarlos en el orden que prefieras, añadir títulos, efectos de imagen y sonido, transiciones, ponerlos a cámara lenta o cámara rápida, ajustando la velocidad como prefieras... y por supuesto, también añadir fotos. 


FINAL CUT PRO X



Y aquí, lo mismo pero con el Final Cut Pro X, como veis, algo más complejo, también con el montaje que he estado haciendo esta tarde de un viaje a la nieve...


... y aquí otro nivel. Cómo se ve la edición de un anuncio de Audi realizado con el Final Cut Pro X.  Como veis, sirve tanto como vídeos caseros como para proyectos profesionales. 


Y nada más. Y es que el propósito de esta entrada no es enseñar a utilizar ninguno de los dos programas, ya que no soy profesional y yo misma estoy aprendiendo. Lo que me ha movido a escoger este tema es el deseo de transmitir la pasión por los vídeos, hacer que os pique la curiosidad y que, tal vez, alguno de vosotros decida al leer esto que ya es hora de hacer algo con todos esos vídeos que están cogiendo polvo en el disco duro. Os invito a crear, a poner música, títulos y transiciones a aquel viaje que hicisteis, a hacer de vuestra vida cine. Porque no sólo es posible, sino que además es muy fácil. A descubrir la magia de los vídeos. Que un buen vídeo hace de un buen recuerdo algo todavía mejor. Que la canción y ritmo adecuados pueden convertir una grabación hecha con el móvil en una obra de arte. 

Y, como el más claro ejemplo de la capacidad de comunicar de lo audiovisual, os dejo un vídeo que me encanta y que resume en tan solo 1:50 minutos lo que a mí me ha costado más de mil palabras escritas. Y además, lo dice mejor. Disfrutadlo. 



Para terminar, a los amantes de este mundo os animo a echar un vistazo al sitio web del Instituto de Cine de Madrid. Periódicamente realizan cursos y talleres muy interesantes, muchos de ellos relacionados con la creación, edición, montaje y postproducción de vídeos. Yo misma estoy apuntada a uno de ellos durante tres días en abril. Os dejo el enlace  http://www.institutodelcine.org/
Como cantaba Luis Eduardo Aute en aquella canción, “cine, cine, más cine, por favor. Que toda la vida es cine, y los sueños cine son”.