Tuenti es a día de hoy la quinta red social más utilizada en
España (solo superada por Facebook, Twitter, LinkedIn y Google Plus) y sin duda
la más exitosa de las que han sido creadas dentro de nuestras fronteras.
Este colosal proyecto, que ya cuenta con más de 14 millones de usuarios, fue creado por Zaryn Dentzel, Kenny Bentley, Félix Ruiz y Joaquín Ayuso en 2006.
Su estructura es bastante similar a la de Facebook. Cada usuario cuenta con un perfil en el que poder publicar sus fotos, manifestar su estado y comunicarse con sus amigos. De hecho, el aspecto visual de Tuenti es cada vez más parecido que el de su homónimo americano, con un tablón en el que aparecen las nuevas acciones realizadas por tus amigos.
Por tanto, llegados a este punto, cabe preguntarse ¿qué tiene entonces Tuenti que la diferencie de otras redes sociales y que le haya permitido llegar hasta donde se encuentra hoy?
Por un lado, cabe destacar que Tuenti se ha destapado como una red social que atrae mucho a los jóvenes, siendo el 91% de sus usuarios personas de entre 14 y 35 años de edad, y que en mucho casos se ha utilizado como una especie de red social de iniciación a partir de la cual dar el salto a otras como Facebook, ya más arraigadas en el ámbito universitario y edades más avanzadas.
Pero, tal y como manifiesta uno de sus creadores, Zaryn Dentzel: “Desde el principio concebimos Tuenti como
algo diferente, enfocado en el usuario, que respetara la privacidad y que no se
convirtiera en una red cualquiera”. Con ello quiere decir que la principal
diferencia con la que pretendían desmarcarse era la férrea privacidad. Para ello
se tomaron medidas como la de que solamente se podía acceder a esta red social
a través de una invitación por parte de un usuario (algo que ya no es necesario
desde 2011), la imposibilidad de indexar perfiles de usuarios a través de
buscadores o el seguimiento y prohibición de aquellos perfiles que sean falsos.
Además, está tratando de incluir algunas medidas, como la que está gestando la
Comisión Europea por la cual si un usuario decide borrar su perfil, la compañía
en cuestión deberá borrar los datos de sus servidores y no podrá mantenerlos
180 días como ocurría hasta ahora, así como la llamada "privacidad por defecto",
de forma que los datos de los usuarios no puedan hacerse públicos salvo si
éstos han dado su permiso expreso.
Zaryn Dentzel, principal creador de Tuenti.
Sin embargo, cuando se toca el tema de la protección de datos y su relación con la publicidad y el manejo que tienen las empresas de ellos, no todo parece tan claro. Según sus creadores: “En publicidad no pensamos acomodarnos al mercado actual. A diferencia de otros soportes, tenemos una capacidad de segmentación que nos permite orientar los anuncios al público que realmente puede desearlo. La publicidad no debe ser igual para todos”, lo que nos lleva a pensar que esa segmentación no es ni más ni menos que el resultado de utilizar nuestros datos personales para hacer más efectiva la publicidad, por lo que volvemos a la polémica que desde siempre ha rodeado a las redes sociales : ¿hasta qué punto somos dueños de nuestros propios datos? En las Condiciones de Uso (sí, esas que nadie se lee) tampoco lo aclara, aunque sí nos deja claro que nos encontraremos con publicidad:
“Si recogemos tus datos y los tratamos es para poder identificarte como Usuario de TUENTI, darte acceso a TUENTI y poner a tu disposición todas las facilidades y aplicaciones de nuestra plataforma social privada. Además, te mantendremos informado a través de la propia red de todas las novedades que surjan sobre TUENTI.
Además, visualizarás en la red información de empresas con las que TUENTI colabora. También podrás acceder en tu red a eventos patrocinados. Estos eventos, son actividades patrocinadas por una empresa con la que TUENTI colabora y en los que, si estás interesado, puedes participar”.
Es de sobra sabido que la forma de que las redes sociales obtengan dinero es mayormente a través de la publicidad, y que sin dinero, es imposible mantenerlas en funcionamiento, por lo que tiene pinta de que el debate por marcar la frontera entre publicidad y privacidad seguirá dando mucho que hablar.